Tanto en las prácticas como en la competencia, la seguridad debe ser el elemento esencial a tener en cuenta.
Cuando de seguridad se trata, la prevención reviste un carácter fundamental. Antes, durante o después de cada sesión.
Antes. Es aconsejable tener una ficha de los jugadores que halla sido completada por sus padres, esa ficha debe incluir las vacunas que haya recibido (antitetánica, puede figurar como tal, o como triple bacteriana o cuádruple bacteriana –obligatoria- y anti hepatitis “B” –aconsejable-) y detallar si merece un tratamiento especial en caso de que sufriera algún accidente, como también que incluya los datos de su obra social, a dónde pretende ser derivado, a quién y dónde avisar, y todo dato que facilite la tarea en caso de infortunio. Por supuesto, deberá tener instrucciones de cómo actuar en caso de accidente, cerciorarse si el club es área protegida por algún servicio médico, y la forma de comunicarse con ellos. Verificar el lugar. Que el piso esté en condiciones, tanto en lo referente a pozos, como también a elementos peligrosos, como vidrios o metales oxidados, etc., inclusive que las condiciones del piso sean acordes a la práctica programada. Verificar también que, de acuerdo a la práctica programada, no existan en el espacio a utilizar salientes peligrosas o no protegidas debidamente; inclusive las banderitas que se utilizan para delimitar no representen un peligro por su altura, la forma de fijación o la posibilidad de astillarse. La indumentaria de los jugadores debe ser revisada, que no tenga elementos peligrosos, inclusive los tapones de los botines, y no permitir el uso de anillos, cadenas, o similares. Más aún, debe aconsejarle la utilización de determinada ropa, acorde a la temperatura y estimular (hasta obligar) el uso de protector bucal (si no se entrena su uso a temprana edad, después es más difícil acostumbrarse) y la forma de vendaje (las tobilleras pueden ser una alternativa válida), no permita el abuso en el uso de vendajes o protectores para proteger lesiones aparentemente mal curadas. Esté atento a cualquier comportamiento extraño que pueda tener cualquiera de sus jugadores, que puedan ser indicio de alguna enfermedad o conflicto emocional. El público debe estar a una distancia prudencial de los jugadores, permitiéndoles su libre desarrollo, y alentándolos en forma prudente y amable. No haga competir a un jugador que no esta en condiciones morales, emocionales, físicas y técnicas.
Durante. Una de las mejores formas de prevención es el estricto respeto a las reglas; sea severo con aquellos que tengan mala intención, que realizan zancadillas, que no tienen intención de tackle, que no respetan las reglas de empuje o que embisten. Observe las formas en que se desarrollan las formaciones, de manera que no resulten riesgosas para nadie. No dude en retirar a quien alienta en forma desmesurada, como también haga descansar y reflexionar a quien se encuentra pronto a perder el autocontrol. Observe que los niveles de maduración sean parejos, no necesariamente los niveles físicos representan un riesgo. Las inclemencias del tiempo pueden traer consecuencias en los jugadores, suspenda la sesión si considera que ello puede ocurrir. Una práctica en el barro o bajo la lluvia puede ser provechosa y divertida, siempre que esté asegurado el baño y la muda de ropa al finalizarla. Durante practicas y partidos, tener agua para beber, y un balde con agua, hielo y esponja.
Después: Observe los comportamientos después de la competencia, que se cumpla con las reglas de la caballerosidad deportiva, cualquiera haya sido el resultado. Exalte el valor del Tercer Tiempo, eduque su comportamiento tanto para atender como para ser atendido, sus hábitos en el momento de compartir una mesa de camaradería, porque el templar la conducta y el carácter ayuda al autocontrol. Deporte e higiene van de la mano; cerciórese que los chicos cumplen con los hábitos de higiene al finalizar la sesión. Obligar uso de hojotas en el baño para prevenir micosis, hongos, y caídas, no permitir juegos durante el baño por las caídas. Observe que al concluir la práctica o tercer tiempo los jugadores se han retirado en la forma autorizada y que están bajo la responsabilidad de un adulto.
Si hemos seguido correctamente las pautas de prevención, habremos minimizado las posibilidades de accidente. No obstante, pueden ocurrir.
Más allá de los aspectos legales y reglamentarios, y sin desmerecer la importancia que tienen, nos mueve el espíritu de hacer lo mejor para nuestros jugadores.
Sería de suma importancia que en todo momento que se practica rugby, competencia o entrenamiento exista un médico en la cancha, o por lo menos, la posibilidad de un traslado y una asistencia profesional rápida, y los elementos de inmovilización.
No siempre sucede, entonces es necesario conocer algunas normas a seguir.
En caso de cualquier accidente, de existir asistencia profesional rápida, lo primero a tener en cuenta es NO TOCARLO; NI MOVERLO, retirar la gente a una distancia prudencial, y cerciorarse que ha sido solicitada la asistencia.
Si se trata de una lesión con traumatismo cráneo encefálico (golpe en la cabeza) con pérdida de conocimiento, temporal o no, y debe esperar por la asistencia, abríguelo, siempre sin tocarlo ni moverlo, y dele la contención necesaria hasta lograr ponerlo en calma. De la misma manera si sospecha una fractura de miembros inferiores.
Las conmociones cráneo encefálicas, podemos dividirlas en: sin pérdida de conocimiento, con pérdida de conocimiento.
En las conmociones sin pérdida de conocimiento, debe restablecerse la calma en el jugador, incorporarlo, y observar que tenga una marcha coordinada. En caso que no la tuviera, debe derivárselo inmediatamente a atención médica. En cualquier caso NO es aconsejable que vuelva a la actividad.
Atención, perdida de conocimiento no es sinónimo de dormido o desmayado, hay que interrogar al jugador. ¿Quién sos? ¿Dónde estas? ¿En que viniste al club? ¿ Que desayunaste hoy? Etc. para determinar su estado de conciencia.
En caso de conmociones con pérdida de conocimiento, es indicativo que puede haber lesiones de columna. No tocarlo, ni moverlo es esencial. Asegúrese que no están interrumpidas las vías respiratorias. Trasladarlo en un medio adecuado, y derivarlo a una inmediata asistencia médica. Un jugador con este tipo de lesión debe estar tres semanas inactivo y bajo observación neurológica.
Cuando se trata de lesiones óseas en miembros inferiores, el procedimiento es el mismo. No fuerce la situación, sobretodo cuando se trata de lesiones en el tobillo, el “pisa fuerte” puede agravar mucho una lesión leve.
De no contar con la posibilidad de una asistencia profesional inmediata, o de un traslado inmediato realizado por profesionales, después de cerciorarse que no están interrumpidas las vías respiratorias, deberá inmovilizar la parte afectada, sin comprimir, y con el menor movimiento posible del jugador. En el caso de una conmoción con pérdida de conocimiento debe inmovilizar el cuello, también si tiene dificultad en movilizar miembros, padece parestesias en miembros (dormidos o cosquilleos, o falta de fuerza), también ante dolor por hiper extensión, posterior o lateral de cuello, antes de ponerlo, entre varios y como si el cuerpo fuera un solo bloque, sobre una camilla o superficie dura, y disponer el traslado al centro asistencial, en el medio más conveniente.
Cuando se trata de lesiones óseas en miembros superiores, restablezca la calma en el jugador, incorpórelo suavemente, ya que de hacerlo con brusquedad puede producirle una lipotimia (desmayo), inmovilice la parte afectada y trasládelo inmediatamente.
Cuando se trata de heridas sangrantes, lave bien la herida con agua y jabón. Si es un corte, DEJE QUE UN PROFESIONAL ESTIME LA CONVENIENCIA DE SOTURA, derívelo. Un jugador sangrando por un corte en el Rugby Infantil, debe ser atendido y retirado de la sesión.
Cuando se trata de simples contusiones, y siempre que esté convencido que no revisten gravedad alguna, hielo y reposo. No aplique cremas, porque en ese momento no son efectivas.
Ante la mínima sospecha, piense lo peor. Deje que un profesional de el diagnostico certero.
“Todo accidente en la infancia lo pudo prevenir un adulto”
“Nunca un niño a cargo de otro niño”.
Apotegmas de la SAP y UNICEF